Estas son las 10 mayores amenazas a la seguridad alimentaria mundial

Mano sostiene trigo frente a un fondo amarillo

Todos sabemos que el mundo se enfrenta a una crisis climática. Y si hasta ahora no lo creías, las olas de calor que han afectado a Estados Unidos y Europa este verano podrían ser suficientes para convencerte. Desgraciadamente, estas olas de calor se están convirtiendo en la norma, provocando incendios, sequías y peligrosos daños a la salud. Pronto, los seres humanos tendremos que empezar a adaptar nuestras infraestructuras a este nuevo clima o podríamos empezar a tener verdaderos problemas. Esto incluye nuestros sistemas alimentarios, ya que el aumento de la demanda de agua en los próximos 20 años será nuestra mayor amenaza.

En un estudio publicado en One Earth, un equipo dirigido por la Universidad de Colorado Boulder encuestó a 69 expertos en seguridad alimentaria de todo el mundo. A todos se les pidió que clasificaran las principales amenazas a la seguridad alimentaria en las próximas dos décadas y los resultados son interesantes. Si bien el cambio climático y los retos medioambientales que conlleva encabezan la lista, el estudio también cita los conflictos políticos, la desigualdad de ingresos y la migración como otras amenazas a tener en cuenta.

No es casualidad que más de la mitad de la población mundial que sufre de inseguridad alimentaria se encuentre en zonas de gran conflicto político. Los desplazamientos causados por estos conflictos, como los que estamos viendo ahora en Ucrania, serán una de las cinco principales amenazas para la estabilidad alimentaria en los próximos 20 años.

“La seguridad alimentaria no es un problema de producción; es un problema de distribución, acceso y pobreza, y eso se agrava con los conflictos”, dice Zia Mehrabi, autor principal del estudio y profesor adjunto de estudios medioambientales y en el Centro Mortenson de Ingeniería Global. “Los conflictos no solo hacen a la gente más vulnerable, sino que limitan su capacidad de adaptación”.

Foto: gpointstudio/Depositphotos

El objetivo del estudio es que los investigadores y los responsables políticos de diferentes campos trabajen juntos para encontrar soluciones concretas en lugar de quedarse centrados en sus propios nichos. “Apoyamos firmemente la idea de construir sistemas alimentarios más resilientes en general, en lugar de tratar de resolver problemas individuales aquí y allá”, dijo Mehrabi. “No importa si se trata de un choque climático, medioambiental o político para el sistema: si se cuenta con sistemas resilientes, podrán hacer frente a todos los tipos de choques”.

En estos momentos, mientras el mundo lucha contra las graves sequías, las olas de calor, los efectos económicos del COVID-19, los problemas en la cadena de suministro y la guerra en Ucrania, la seguridad alimentaria mundial está en graves problemas. A medida que los precios de los alimentos aumentan, el trabajo para acabar con el hambre, la inseguridad alimentaria y la malnutrición es más importante que nunca.

El estudio también busca activamente soluciones al preguntarle a los expertos en qué áreas creen que hay que centrarse más para conseguir cambios. Muchos expertos citaron la diversificación de los alimentos como una de las grandes prioridades. Por ejemplo, si el suministro mundial de trigo no dependiera tanto de Ucrania, los problemas se habrían mitigado durante el actual conflicto. Así, el estudio pide a los responsables políticos y a los investigadores que estudien cómo podrían los países diversificar su producción de alimentos.

El estudio también pide mapas y datos actualizados para predecir mejor el tipo de problemas a los que se enfrenta el mundo en la actualidad, ya que lo que hay ahora no está validado con datos reales.

“Podemos ver que está ocurriendo en nuestro mundo ahora mismo, que los conflictos y el clima están empeorando. Las tendencias muestran, y los expertos están de acuerdo, que esto empeorará en el futuro”, dijo Mehrabi. “¿Cómo vamos a construir y gobernar sistemas alimentarios que sean resistentes a todo tipo de choques y eventos extremos? Tenemos que empezar a pensar en cómo construir sistemas que puedan adaptarse y hacer frente a todos ellos”.