Gracias a que vive muy cerca de la Cordillera Azul en Virginia, Estados Unidos, el fotógrafo Jason Rinehart tiene un paisaje espectacular al alcance de su mano. Esto le ha permitido perfeccionar sus habilidades de fotografía de tormentas a lo largo de los años y se ha convertido en un experto en saber qué condiciones climáticas le darán los mejores resultados. Recientemente, esto dio frutos cuando pudo fotografiar un relámpago centrado perfectamente debajo de un arcoíris doble. Y como si eso no fuera suficiente, toda la escena sucedió al atardecer.
El resultado es una imagen de ensueño donde los arcoíris parecen campanas de cristal que encierran el rayo. El cielo rosa y morado realza la sensación mágica de la foto, que solo existe porque Rinehart supo cómo leer las predicciones meteorológicas.
El fotógrafo se dirigía a su casa y monitoreaba los radares cuando notó que habría una tormenta al atardecer justo donde él estaba. Después de pasar por su casa para recoger su equipo, se dirigió a su lugar favorito en la Cordillera Azul y, efectivamente, sus predicciones fueron correctas.
“La lluvia se detuvo justo a tiempo cuando este increíble arcoíris comenzó a formarse justo frente a mí. Rápidamente configuré mi Canon 6d, Sigma 14-24 con un filtro ND de seis pasos de montaje trasero Hadia y comencé a disparar el obturador en modo continuo como lo hago con toda mi fotografía de rayos”, le dice a My Modern Met.
“Supe de inmediato, cuando el arcoíris comenzó a hacerse más grande en el cielo, que esto iba a ser algo muy especial. He captado arcoíris antes en la carretera, pero nunca uno tan brillante y vibrante. El color era algo para ver con tus propios ojos y que te dejaba sin aliento. Ser fotógrafo, saber que estás capturando algo tan especial es un sentimiento bastante indescriptible. Me gusta pensar que en este tipo de circunstancias y momentos, las palabras no son necesarias porque la imagen ahora cuenta la historia”.
Aunque Rinehart ya estaba más que satisfecho con lo que había visto, después sucedió algo muy especial. “Este rayo cayó del cielo tan perfectamente enmarcado dentro de este hermoso arcoíris”, recuerda, “y todo lo que pude hacer fue sonreír una vez que escuché que mi obturador se detuvo sabiendo que acababa de capturar exactamente a lo que dediqué tanto tiempo y energía”.
Para el fotógrafo, la imagen es un excelente ejemplo de cómo el conocimiento del entorno da sus frutos. Rinehart espera que el trabajo sea un recordatorio para otros creativos de que, a menudo, las mejores imágenes están a unos kilómetros de casa.
“Es hermoso sentir pasión por algo lo suficiente como para compartir un regalo con el mundo”, admite Rinehart. “Estos son los momentos en los que no puedo evitar sentirme vivo”.