Muchas ciudades tienen elaborados planes urbanísticos, pero ¿qué se hace cuando se encarga la actualización de un edificio histórico situado en una de las plazas más famosas del mundo? Este fue el reto al que se enfrentaron los arquitectos de David Chipperfield Architects cuando abordaron las obras de las Procuratie Vecchie (o “procuradurías viejas”) en la plaza de San Marcos de Venecia. No solo debían restaurar el edificio del siglo XVI, sino que debían modernizar algunas zonas que ahora están abiertas al público por primera vez. Fue un proyecto increíblemente complejo, que la empresa llevó a cabo con éxito.
Históricamente, la plaza de San Marcos fue la sede del gobierno veneciano. El dux, líder de la ciudad, tenía aquí su palacio y tres lados de la plaza están rodeados de procuradurías. Éstas se dividen en tres alas, y las Procuratie Vecchie albergaban a los fiscales que debían vivir cerca del palacio. El emblemático edificio fue terminado en 1538 por Jacopo Sansovino. Hoy en día, es la sede de Generali, una gran empresa de seguros fundada en 1830.
Fue Generali quien contrató a David Chipperfield para que les ayudara a abrir esta histórica pieza arquitectónica al público. Las Procuratie han permanecido en cerradas al público y, a través de la fundación de Generali, The Human Safety Net, la empresa quiere comprometerse más con la ciudad de Venecia. Para ello, David Chipperfield adoptó un enfoque holístico que contemplaba tanto la restauración como la integración.
Esto incluyó la restauración de las plantas primera y segunda (que albergan las oficinas de Generali), la reorganización de la circulación del edificio y la renovación de la tercera planta para crear espacios de trabajo, salas de exposiciones y un auditorio para The Human Safety Net. Mediante un examen minucioso de las técnicas históricas, la empresa sustituyó los elementos dañados y empleó a artesanos locales para realizar las reparaciones.
Los arquitectos prestaron especial atención a la cantería de los suelos y los techos. Se emplearon materiales típicos venecianos, como el terrazo, el marmorino, el pastellone y el opus signinum, como forma de heredar las tradiciones del edificio al tiempo que lo conducen hacia el futuro.
“Reparar, reunificar y adaptar las múltiples capas de esta estructura histórica ha sido un reto muy complejo y gratificante que nos reconecta con el poder de la arquitectura como sustancia física y como proceso de colaboración”, compartió David Chipperfield. “Estamos deseando ver cómo el edificio se reincorpora a la ciudad, apoyando a Venecia como lugar vivo de actividad e innovación”.
En su nueva función, las Procuratie Vecchie dejarán de tener una barrera entre la institución y el público. Por primera vez en la historia, se invitará a los venecianos a entrar y se les permitirá reclamar parte del espacio como propio.