Como muchos de nosotros, la vida del cineasta y fotógrafo Rory Langdon-Down se vio alterada por la pandemia. La mayoría de sus sesiones de fotos tuvieron que cancelarse, así que sin quererlo se encontró con mucho tiempo libre. Afortunadamente, esta dificultad dio paso a un nuevo proyecto creativo. Portrait a Day nació como una forma de lidiar con esta nueva falta de actividad y, en el proceso, Langdon-Down descubrió nuevas formas de expandir sus habilidades creativas.
Durante todo 2021, Langdon-Down fotografió a un desconocido al día. Esto implicó salir y conversar con personas que nunca había visto durante 365, todo con el fin de tomarles una foto. Todos los retratos fueron publicados en Instagram, acompañado de un breve párrafo que detalla lo que Langdon-Down aprendió sobre su sujeto durante su encuentro.
El resultado no solo ofrece una mirada a un año extraño en la historia, sino también al intento de un creador de prosperar en circunstancias difíciles. Un vistazo cronológico a las fotografías nos permite ver cómo la confianza de Langdon-Down como fotógrafo de retratos crece en el transcurso de un año, todo porque se desafió a sí mismo. Pero Portrait a Day es más que un proyecto de Instagram. Langdon-Down también ha publicado un hermoso libro de mesa de café con todos los retratos.
Con una edición limitada de 365 copias (por supuesto), Portrait a Day no solo contiene todos los retratos, sino más de 40,000 palabras que detallan las historias de las personas que aparecen. Este trabajo hecho por amor al arte también ha sido bien recibido por la comunidad fotográfica, y uno de los retratos ha ganado el premio Retrato de la Humanidad 2022 del British Journal of Photography.
Tuvimos la oportunidad de hablar con Langdon-Down sobre los inicios del proyecto, los retos a los que se enfrentó y lo que espera que la gente se lleve de la obra. Lee la entrevista exclusiva de My Modern Met a continuación.
¿Sientes que el COVID fue de alguna forma una bendición por haberte empujado a encontrar nuevas salidas creativas?
En retrospectiva, diría que sí. En aquel momento, perder trabajo debido a que las sesiones fotográficas no podían llevarse a cabo durante los confinamientos fue bastante duro y la repentina pérdida de un propósito fue todo un desafío. Sin embargo, nunca dejé de crear durante la pandemia, y creo que mis proyectos personales me ayudaron mucho a perfeccionar mi estilo y en mi forma de hacer fotos. Portrait A Day no existiría sin la pandemia, y el efecto positivo de ese proyecto y del éxito del libro en mí ha sido increíble, así que ahora lo contaría definitivamente como una bendición.
¿Por qué decidiste fotografiar a desconocidos?
Me atrajo mucho el reto: una foto de una persona al día durante un año. Ese objetivo tan claro me pareció alcanzable cuando empecé a planear el proyecto, probablemente porque apenas había fotografiado a desconocidos antes, así que no tenía idea de los retos que me esperaban.
Siempre me ha interesado la gente y soy un firme creyente de que todo el mundo tiene una historia interesante, y esto me pareció una muy buena manera de demostrarlo mientras contaba la historia del año a través de estos pequeños pedazos de la vida de la gente que nos rodea cada día. Personalmente, sabía que esto ayudaría a mis habilidades interpersonales y elevaría mis propias capacidades como director y documentalista, que es lo que hago cuando no estoy apuntando mi cámara a la cara de un desconocido.
En otra entrevista mencionaste que no habías imaginado lo difícil que sería. ¿Qué fue lo más complicado del proyecto?
Lo más difícil fue iniciar una conversación con desconocidos. Algunos días resultaba fácil: me sentía seguro de mí mismo, lo que siempre ayudaba con la reacción de la gente, e inmediatamente encontraba a alguien que aceptaba ser fotografiado. Otros días, caminaba durante horas sin poder armarme de valor para pedirle a una sola persona que posara para mí. Todo dependía de mí y de cómo me sintiera. Tenía una conversación constante en mi cabeza en la que me preguntaba por qué creía que alguien no iba a aceptar que le tomara una foto, hasta que respiraba profundamente y establecía la conexión que me llevaba al retrato de ese día.
Fue una actividad bastante insular y aprendí mucho sobre mí mismo mientras me preguntaba por qué había decidido pasar mi año tratando de hablar con extraños. Pero después de cada encuentro me iba con una sensación muy positiva y, por lo general, habiendo aprendido algo nuevo.
¿Cuándo te diste cuenta de que sería un reto tan grande y qué te hizo seguir con el proyecto?
En el primer día. El proyecto estuvo a punto de fracasar antes de ponerse en marcha porque me había hecho a la idea de que sería fácil tomar una sola foto al día, pero la realidad me obligó a hacer algo que nunca había hecho: acercarme a la gente en la calle. Por suerte, sí retraté a alguien el primer día, y en cuanto lo compartí en la cuenta de Instagram, supe que ya me había comprometido con el proyecto. Soy una persona dedicada y centrada, y por muy difícil que fuera, sabía que llegaría al final del año.
¿Crees que algún aspecto del proyecto se hizo más fácil o más difícil a medida que avanzaba?
Mis habilidades de conversación con extraños mejoraron muchísimo. Siempre se me ha dado bien mantener una conversación y hacer preguntas, pero definitivamente he mejorado mi capacidad para hacer las preguntas correctas. Siempre intentaba encontrar un punto en común y, a menudo, lo hacía a través de la música, ya que es un tema bastante fácil para encontrar las pasiones e intereses de la gente. Una vez superado el contacto inicial de “Hola, me llamo Rory y tengo una pregunta un poco extraña para ti…”, me encantaba charlar con desconocidos. A veces nuestras conversaciones duraban hasta una hora. Creo que es importante darse cuenta de que, aunque creas que no tienes mucho en común con alguien, sobre todo en términos de diferencias políticas, deberías ser capaz de encontrar puntos en común o intereses compartidos, y tuve algunas charlas estupendas con gente con la que normalmente no me cruzaría.
¿Qué te enseñó este proyecto como creador?
Me enseñó el poder de hacer algo por cuenta propia y de responsabilizarte de tu creatividad. No tenía un cliente o una agencia que me dijera cómo tenían que ser las cosas o cómo tenían que estar redactadas, así que todo el proyecto es completa y auténticamente mío. Me hizo amar el trabajo que hago, me ayudó a concretar mi estilo y me ha dado una enorme confianza en lo que ofrezco como fotógrafo y documentalista.
¿Cuál ha sido el retrato de un desconocido más memorable que has tomado?
El de Hassan. No es una fotografía especialmente buena, pero él encarnaba la belleza del proyecto y de lo que se trataba. Hassan estaba sentado en un banco de un parque cercano a mi casa y la mayoría de la gente no se le hubiera acercado, pero por alguna razón me intrigó. Lo retraté y pronto se desveló su increíble historia como exiliado libio que en su día fue etiquetado como “el némesis de Gadaffi” por su activismo en favor de los derechos humanos.
Esto siempre se me quedará grabado en la cabeza como lo que hizo que Portrait A Day fuera tan especial: encontrar la historia en lo aparentemente ordinario.
¿Hubo alguien a quien realmente hubieras querido fotografiar pero, por la razón que sea, no funcionó?
La verdad es que no. Creo que todos los retratos del libro están ahí por una razón. No seleccioné a personas concretas para retratarlas; sin embargo, intenté que Sir David Attenborough apareciera como el último retrato del libro, ya que consideré que su mensaje sobre lo que la humanidad puede y debe hacer mejor habría sido un final perfecto para el libro. Le escribí una carta y él me contestó; se negó muy amablemente participar, pero en realidad, creo que fue algo bueno porque el libro siguió siendo natural hasta el final y el retrato final de una pareja saliendo del hospital con su bebé recién nacido lo decía todo de todos modos.
¿Qué esperabas capturar en estos retratos?
Honestidad, autenticidad y una sensación general de optimismo. No todos los retratos están vinculados a historias positivas o alegres, pero creo que el proyecto en su conjunto debe inspirar optimismo en la humanidad y la comunidad.
¿Qué esperas que la gente se lleve de tu trabajo?
Me gustaría que la gente viera la combinación de fotografías hermosas y el texto que las acompaña, lograda a través de conexiones genuinas con extraños. Quiero que la gente se sienta inspirada por las personas que aparecen en el libro y que tengan esperanza en la comunidad cuando hay tantas cosas que nos dividen.
Pero, sinceramente, si a la gente le gusta Portrait A Day porque tiene una bonita portada que queda bien en su mesa de café o a su hijo pequeño le gusta mirar a toda la gente que hay dentro, eso también me hace muy feliz.
Rory Langdon-Down: Sitio web | Instagram
My Modern Met obtuvo permiso de Rory Langdon-Down para reproducir estas imágenes.
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