Alan Hawes trabaja como enfermero registrado en la Universidad Médica de Carolina del Sur (MUSC, por sus siglas en inglés) en Charleston, Estados Unidos, pero tiene una historia interesante. Hawes se dedicó al fotoperiodismo por más de 20 años; y ahora usa esas habilidades para mostrar lo que sucede en el hospital durante la pandemia de COVID-19. Con permiso y apoyo del hospital, así como de los pacientes y sus seres queridos, Hawes ha podido tomar una serie de fotografías emotivas.
Las imágenes muestran claramente la sensación que envuelve por el hospital. Desde enfermeras que deben hacer llamadas desgarradoras hasta pacientes que luchan por sobrevivir, las fotos de Hawes muestran la realidad tal y como es.
“Las autoridades del hospital han dado mucho apoyo para que Hawes comparta sus fotografías con el público”, Carter Coyle, gerente de Asuntos Públicos y Relaciones con los Medios le dice a My Modern Met. “Sus imágenes muestran la dura realidad del COVID-19, y es un privilegio para Hawes representar a MUSC ante audiencias locales y nacionales. Esperamos que sus historias fotográficas ofrezcan un vistazo a la angustia y el heroísmo en nuestra Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en este momento. Con las hospitalizaciones de la variante ómicron, Hawes continúa con su trabajo fotográfico con el consentimiento de sus pacientes y supervisores”.
My Modern Met tuvo el privilegio de hablar con Hawes durante un descanso en su apretada rutina. A continuación, lee la entrevista exclusiva de My Modern Met.
¿Qué te llevó a pasar del fotoperiodismo a la enfermería?
Fui fotoperiodista por más de 20 años y el negocio de los periódicos tuvo muchas dificultades financieras en 2008. Hubo grandes despidos en otros periódicos, y me hizo pensar que si alguna vez querría tener una segunda carrera, ese era el momento. Me encanta el fotoperiodismo y siempre será parte de lo que soy, así que fue una decisión difícil. En muchas de mis asignaciones fotográficas, observaba a médicos, enfermeras, terapeutas respiratorios y doctores trabajando en equipo con personas necesitadas y noté que tenían la misma pasión por sus carreras que yo. Yo era un observador, y ellos hacían algo. Quería ser alguien que hiciera algo. Ambas carreras pueden marcar una diferencia positiva en el mundo y ese es el estándar que tengo para las profesiones que elijo. Tenía 39 años en ese momento y no creí que pudiera seguir teniendo una carrera segura en la fotografía por otros 25.
¿Cómo te diste cuenta de que podías usar tus habilidades creativas durante la pandemia para ayudar a educar al público sobre este tema?
Lo supe incluso antes de que comenzara en Estados Unidos. Vi las noticias sobre el coronavirus cuando se estaba gestando en China y supe que estaría justo en medio de una de las noticias más importantes de mi vida. Trabajo en una UCI que se especializa en medicina pulmonar en el hospital más grande de Carolina del Sur. Recibimos a los más enfermos de los enfermos. Leí todos los estudios que pude de China hasta el punto en que la gente se burlaba de mí porque estaba obsesionado con el COVID. El periodista que hay en mí estaba muy emocionado, pero sabía que no podría fotografiar ni reportar nada de lo que iba a ver debido a las leyes de confidencialidad.
¿Cómo respondieron (y responden) los pacientes y el personal a tu trabajo?
Me sorprendió cuánto me apoyó y animó el personal con el proyecto una vez que obtuve la autorización oficial. Cuando era fotógrafo de un periódico que iba al hospital, siempre había alguien que decía: “¡No puedes tener esa cámara aquí!”. Pero ahora hay muchas personas que se detienen a agradecerme por ayudar a contar las historias que suceden en estos edificios. El personal parece entender realmente el poder que tienen estas fotos. Quiero combatir la desinformación con experiencias visuales compartidas. En cuanto a los pacientes y sus familias, he recibido comentarios muy positivos. La esposa del Sr. Croxton me dijo que estaría orgulloso de ser una figura tan importante en este proyecto, a pesar de que la foto de su esposo en sus últimos días es difícil de ver. El mensaje es que se mantuvo firme en la defensa de las vacunas para proteger al individuo y a aquellos con los que interactúan. Estaba completamente vacunado y tenía un refuerzo, pero aún así murió de COVID (obviamente lo contagió otra persona) debido a que su sistema inmunológico estaba debilitado.
¿Hay alguna historia o experiencia en particular que te gustaría compartir para ayudar al público a entender por qué es tan importante compartir estos momentos difíciles?
Tuve una paciente de 30 años no vacunada que fue trasladada desde otro hospital y que había sobrevivido por dos meses en esa UCI sin ser intubada. Cuando llegó con nosotros, sus pulmones estaban tan dañados que no pudimos demorar más la intubación. La tuve durante varios días seguidos y le estaba yendo mal y parecía grave. Su familia no quería dejarla ir. Estaba al máximo con todos los medicamentos y con la configuración de ventilador más alta que podíamos administrar hasta que llegamos al punto en el que no podíamos hacer más. Le dije a su madre y a su padre que nos estábamos quedando sin opciones. Su madre se desvaneció, abrazó mi tobillo y me rogó que “por favor, hiciera algo”. Todo lo que podía hacer era sentarme en el suelo con ella, poner mi brazo alrededor de ella y dejarla llorar. Su hija murió más tarde esa noche.
¿Qué tipo de comentarios has recibido sobre las imágenes?
Mejores de lo que imaginé. No soy un gran usuario de las redes sociales, por lo que fue muy surrealista ver cuántas personas vieron mi trabajo, especialmente lo mucho que se compartió en Facebook. Desconocidos se me acercan y me dicen que vieron las imágenes y que las compartieron. La comunidad hospitalaria en la que trabajo es grande, tiene tres hospitales importantes y todos a pocas cuadras de distancia entre sí. No he escuchado nada más que agradecimiento por mostrar al público todo el trabajo y las emociones que trae consigo el COVID. He leído algunos mensajes de trolls que también esperaba, pero me ha sorprendido mucho lo bien que la gente entiende, aprecia y apoya la intención del proyecto.
¿Cuál es la parte más desafiante de documentar estos momentos en el hospital?
Encontrar a los pacientes que son positivos a COVID y que aún están lo suficientemente lúcidos como para poder entender y firmar consentimientos fotográficos. Prefiero que los propios sujetos firmen el consentimiento en lugar de un miembro de la familia que tiene el poder legal de firmar el consentimiento. Es un periodo valioso, hospitalizado pero no demasiado enfermo. Utilizo todos mis contactos en el hospital para ayudarme a identificar posibles participantes.
¿Qué esperas que el público vea en tu obra?
Los hospitales están saturados. Entiende que si eliges no vacunarte, tu decisión podría costarle la vida a otra persona. Si contagias a una persona que está vacunada pero tiene un sistema inmunitario debilitado, esa persona puede morir. Hemos visto morir a personas completamente vacunadas con inmunidad debilitada mucho antes de tiempo. Las vacunas mantienen a la mayoría de las personas fuera de la UCI. No puedo recordar a un solo paciente que haya estado completamente vacunado y con refuerzo sin otras condiciones preexistentes graves que requieran intubación en la UCI. Los pacientes con COVID ocupan camas de la UCI por semanas y meses. En todo el país, los pacientes que necesitan camas de cuidados intensivos por un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular o una lesión traumática pueden tener que esperar en una sala de emergencias ocupada durante mucho más tiempo del que deberían porque hay muy pocas camas de UCI disponibles o no hay ninguna.