El fotógrafo Drew Doggett es conocido por extraordinarias fotografías de paisajes, personas y culturas alrededor del mundo. Una de sus más encantadoras series hasta la fecha es In the Realm of Legends, que captura la belleza única de los caballos islandeses que deambulan majestuosamente por el territorio. Aunque muchos optan por retratar los increíbles paisajes de Islandia, Doggett lleva su arte más allá al incluir a la población ecuestre en sus fotografías, logrando crear la perfecta unión entre mito y fantasía.
Durante su estadía en Islandia, Doggett estuvo hospedado en una granja con cientos de caballos. Inicialmente se sintió atraído al lugar por sus historias folclóricas; estas incluyen al famoso caballo islandés de ocho patas llamado Sleipnir que, según la leyenda, es el animal espiritual del dios nórdico Odín. La impresionante serie equina celebra la relación entre los majestuosos caballos semisalvajes—que algunos creen son los descendientes de la “vida real” de Sleipnir—y el duro entorno en el que viven.
El paisaje evoca a un mundo utópico y presenta grandes extensiones de terreno completamente cubiertas de nieve, enormes cascadas, playas de arena negra y heladas lagunas. Los majestuosos caballos galopan, pastan y posan orgullosos ante los paisajes que parecen sacados de otro mundo, mostrando su gran resiliencia ante las condiciones climáticas extremas. Si bien Doggett suele fotografiar en blanco y negro, decidió usar color en esta serie. “La luz creaba brillantes tonalidades que daban una textura sublime a toda la serie”, explica el fotógrafo. “Aunado al contraste entre los paisajes y los caballos, supe que esta serie necesitaba color”. La increíble serie de fotografías captura a caballos blancos y marrones que contrastan con el pálido color azulado de los glaciares y los tonos oscuros de la arena y las rocas.
Cada imagen visualiza la naturaleza calmada y poderosa de los caballos en un ambiente salvaje que está en constante movimiento. “Las cascadas son extremadamente ruidosas y casi violentamente hermosas; aún así, los caballos estaban calmados, parados a tan solo unos metros de millones de litros de agua torrencial”, recuerda Doggett. “Otras veces estábamos fotografiándolos con nieve hasta los muslos y fuertes vientos, y los caballos estaban completamente inmóviles”.
Puedes ver más imágenes de la serie, así como más fotografías del portafolio de Doggett, en su sitio y en Instagram.