A lo largo de la historia, muchas culturas han ideado su propia forma de lidiar con la muerte. En la antigua China se construían esculturas funerarias; durante la Edad de Oro holandesa, los artistas incorporaban elementos del memento mori en sus bodegones. En el caso de México, las personas celebran el Día de Muertos, una colorida festividad dedicada a quienes ya no están.
Si bien la celebración ha evolucionado a través de los siglos, sigue siendo uno de los eventos anuales más significativos en México. A continuación exploraremos la vibrante historia y las tradiciones del Día de Muertos para poder entender su importancia cultural.
¿Qué es el Día de Muertos?
El Día de Muertos es una celebración mexicana. La fiesta anual tiene lugar desde el 31 de octubre hasta el 2 de noviembre y está pensada para honrar y celebrar la vida de los que han muerto.
Tradicionalmente, cuando hablamos del Día de Muertos nos referimos al 2 de noviembre, cuando se conmemora a los adultos fallecidos; el 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos, reservado para celebrar póstumamente a los niños. Sin embargo, el término “Día de Muertos” también se usa para hablar de los tres días de festividades.
Aunque los rituales y tradiciones varían de una región a otra, la celebración del Día de Muertos generalmente gira alrededor de la creación de un altar que incluye fotografías, comida y otras ofrendas. Estos altares están dedicados a los seres queridos que ya han fallecido y se hacen con la intención de ayudar a los difuntos en el más allá.
Historia de la celebración
Raíces prehispánicas
Como muchas celebraciones modernas, el Día de Muertos ha evolucionado con el paso del tiempo. Los primeros rituales parecidos a los de la fiesta actual datan del periodo Posclásico (1300-1521) en el México prehispánico. Esta fue una época próspera para el imperio azteca, y es ahí donde nacieron una gran cantidad de tradiciones.
Al igual que muchos pueblos mesoamericanos, los aztecas veían la tristeza como una falta de respeto hacia los difuntos. En vez de lamentar la pérdida de sus seres queridos, los aztecas optaban por celebrar a sus espíritus, culminando en una primera versión de la celebración actual.
Durante este festival de un mes de duración, los aztecas recibían a los espíritus del más allá y adoraban a Mictecacihuatl, la diosa del inframundo. Esta figura mitológica también es conocida como la “Dama de la Muerte“.
Originalmente la celebración tenía lugar en el mes de agosto, que correspondía al noveno mes en el calendario azteca. Sin embargo, la influencia del catolicismo, traído por los conquistadores españoles en el siglo XVI, significó un cambio importante reflejado en la fiesta actual.
Influencias católicas
Tras la colonización española y con la intención de alejar a los nativos del “paganismo” del nuevo mundo, el Día de Muertos fue absorbido por otra celebración en honor a los difuntos: el periodo de Todos los Santos. Inspirada en las celebraciones de cosecha paganas, esta fiesta cristiana incluye la Víspera de Todos los Santos, también conocida como Halloween, el 31 de octubre; el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre; y la Conmemoración de los Fieles Difuntos el 2 de noviembre.
La influencia católica alteró los aspectos religiosos del festival, pero la celebración aún mantiene varios elementos de la mitología azteca. Por ejemplo, la Catrina, un esqueleto femenino que se ha convertido en un símbolo del Día de Muertos, está inspirada en Mictecacihuatl.
La fiesta como la conocemos hoy es una fusión de influencias católicas y prehispánicas, siendo las ofrendas el más claro ejemplo de esto.
Las ofrendas
Durante el Día de Muertos, es tradicional colocar varias ofrendas en un altar. Los altares son una parte fundamental de la celebración y se pueden encontrar en cualquier lugar, desde hogares y escuelas hasta cementerios e iglesias, todo con la intención de traer a los seres queridos de regreso durante los tres días de la fiesta.
Aunque a menudo se compara con Halloween, el Día de los Muertos no gira en torno a las travesuras o el terror. En cambio, se enfoca en celebrar a los muertos, que puede apreciarse en sus decoraciones coloridas, platillos, fotografías solemnes, velas y objetos llenos de simbolismo.
Decoraciones
Las decoraciones están destinadas a honrar a los fallecidos de manera alegre. Por ello, son de colores brillantes e incorporan motivos de calaveras.
Papel picado
El papel picado es una artesanía de papel que se remonta a la época prehispánica: las versiones antiguas se hacían con corteza de árbol, y eran utilizadas por los aztecas para compilar códices y adornar sitios religiosos.
Flores de cempasúchil
Ninguna ofrenda está completa sin flores de cempasúchil. También conocidas como “flor de muerto”, el propósito de estas vibrantes flores anaranjadas es alegrar a los difuntos y atraerlos con su dulce olor.
Calaveras
Las calaveritas de azúcar o de chocolate son otro elemento que no puede faltar en un altar de muertos. Estos pequeños cráneos están decorados con motivos como flores y telarañas y suelen tener el nombre de los difuntos escritos en la frente.
Algunas calaveras tienen adornos no comestibles como cuentas, lentejuelas y plumas, mientras que otras sí se pueden comer.
Comida y bebida
Los altares de muerto suelen estar llenos de ofrendas comestibles; normalmente se pone la comida favorita del fallecido, así como pan de muerto y bebidas alcohólicas.
Pan de muerto
El pan de muerto es un tipo de pan dulce que solo se prepara alrededor de las fechas del Día de Muertos. El pan se adorna con una pequeña esfera en el centro y y una cruz con forma de huesos, y por lo general está aromatizado con semillas de anís y azahar. Como con otras ofrendas, se cree que los espíritus solo pueden disfrutar del aroma del pan, mientras que los vivos lo consumen.
Bebidas alcohólicas
Para que los espíritus se relajen y disfruten de las festividades, es común que las personas ofrezcan bebidas alcohólicas como tequila, mezcal o pulque, una bebida hecha a partir de la fermentación del mucílago del maguey.
Fotografías
La mayoría de los altares tienen la fotografía de la persona a la que se dedica la ofrenda. Aunque normalmente se trata de familiares, los altares pueden estar dedicados a amigos, celebridades e incluso a mascotas.
Veladoras
La veladoras se usan para conmemorar a los muertos y para guiarlos en su camino al altar. A veces se colocan en forma de cruz, tanto en referencia a los crucifijos como para servir de rosa de los vientos y que los espíritus puedan orientarse. Otras veces, su arreglo es ambiguo.
Juguetes y objetos personales
Para añadir un toque personal al altar, es común incluir objetos que disfrutaba o pertenecían a difunto, incluyendo ropa, cigarrillos y juguetes. Las estatuillas de santos y figuras religiosas son comunes, así como estatuillas de papel maché de catrinas y calaveras.
El Día de Muertos en la actualidad
Hoy en día, el Día de Muertos sigue siendo importante tanto en México como en el extranjero. Además de montar altares y asistir a festivales por toda la ciudad, es común que la gente se pinte la cara como calavera, un look que ha inspirado incontables disfraces de Halloween.
En 2008, la celebración fue incluida en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, protegiendo el legado de esta antigua tradición y asegurando que sus raíces indígenas sean reconocidas. “Este encuentro entre vivos y muertos”, explica la UNESCO, “afirma el papel del individuo dentro de la sociedad. También contribuye a reforzar el estatuto político y social de las comunidades indígenas de México”.
Coco de Disney y Pixar
En 2017, Pixar de Disney lanzó Coco, una película animada que celebra el Día de Muertos. El crítico Peter Travers, de Rolling Stone, calificó la película como un “homenaje cariñoso a la cultura mexicana”. Este emotivo largometraje incorpora varios elementos tradicionales, basadas en diferentes prácticas de la festividad. Entre los más reconocibles están las calaveras, las ofrendas y los alebrijes.
Esta película animada acercó el Día de Muertos a una audiencia global. Esto, por sí solo, ha tenido un impacto inconmensurable en el mundo. La película fue recibida positivamente por la crítica y el público por igual. De hecho, Coco se convirtió en la película más taquillera en la historia de México.
Este artículo ha sido editado y actualizado.
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