Muchas personas pasan por delante de la tienda de la esquina sin ponerle mucha atención, pero Lee Me Kyeoung no es una de ellas. Esta artista surcoreana ha dedicado su vida a hacer una crónica de estas pequeñas—y a menudo humildes—tiendas antes de que cierren y desaparezcan de sus comunidades.
Los delicados dibujos a bolígrafo de Me Kyeoung plasman estas tiendas como sitios solitarios sobre un fondo blanco y austero, a lo mucho rodeados de algunos árboles. Este enfoque le permite mostrar los maravillosos detalles de las tiendas, desde las cajas de frutas frescas apiladas en las puertas corredizas hasta las plantas que bordean la fachada del edificio. Si bien sus ofertas son similares, a través de los dibujos de Me Kyeoung, vemos cómo brillan sus personalidades individuales.
Muchos de estos lugares están siendo expulsados para dar paso a nuevas construcciones. Pero al hacerlo, se pierden muchas cosas, sobre todo el sentido de comunidad que fomenta con su presencia. “La pequeña tienda de la esquina situada cerca de un pozo o en el lado opuesto de un banco de madera bajo una zelkova era el lugar donde la gente se comunicaba”, cuenta Me Kyeoung a My Modern Met. “Y había tantas historias como productos expuestos en ella.
“Hoy en día, casi todas las tiendas pequeñas son muy viejas y están en mal estado. Parece ridículo ver las tejas ligeramente caídas y el tejado de pizarra asimétrico añadido. Una pared de cemento agrietada y una puerta corredera de color marrón claro son elementos típicos de las pequeñas tiendas. Un toldo a rayas que pagaron por instalar atrae nuestra mirada. Los carteles publicitarios de la puerta están apenas pegados como pinturas descoloridas. Sillas de plástico siempre vacías. Es como una reunión invisible de personas alienadas. El escenario parece tranquilo y solitario aunque se escuchen algunos murmullos”.
Aunque estos lugares puedan estar en mal estado, los recuerdos que evocan permanecen frescos para muchas personas, incluyendo a Me Kyeoung. “Cuando abrimos la estrecha puerta de la tienda, rememorando los viejos momentos, la tienda puede dar este dulce sentido de familiaridad incluso a un extraño. Ese es un aspecto encantador de las tiendas pequeñas”.